Esa sensación de vacío y a la vez de rebalse de represa,
en el estomago... pero no como mariposas...
Como una rabia contenida desde las entrañas.
Sentimiento provocado por otro ser,
que ni siquiera el destino te ha dejado conocer.
Aún así esas energías cruzan las barreras del tiempo y el espacio,
un solo mal pensamiento y te vienes abajo.
Quien se lava las manos es quien más culpa tiene,
aunque crea que no... siempre hay una razón.
Al final Prometeo me tiene...
Ha encendido la chispa que faltaba.
Siento entorno a mi las llamas.
Ciento veinte minutos de estupor...
Un saludo o un adios,
Un comienzo o un final...
Son las cosas del amar.
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